domingo

Capítulo 6

de ti



¿Les ha pasado alguna vez? Enamorarse de una manera intensa, diferente a lo que habían experimentado antes, llegando al punto en el que se desconocen. Una voz, una sonrisa, una mirada, un roce son más que suficientes para detonar un derroche de adrenalina, el mundo cambia, la vida se ve mejor. Estudios científicos han demostrado que el amor es una necesidad básica, tan importante como beber y alimentarse. El ser humano necesita amar y ser amado, de lo contrario muere, o muere en vida experimentando un vacío difícil de llenar, de ahí nacen los vicios, la depresión, el suicidio, el materialismo. Una necesidad humana insatisfecha que ha desencadenado guerras. El amor, la droga más fuerte, excitante, codiciada y destructiva.
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Amor romántico. Amor obsesivo. Amor apasionado. Amor prohibido. Cualquiera que sea el nombre que le demos es un sentimiento que en ocasiones nos rebasa, nos centramos en detalles, fechas, canciones, recuerdos y pequeñas cosas que asociamos con el ser amado, esa persona especial que nos atrae y atrapa por alguna razón que el corazón no entiende, como diría Pascal. Las mariposas en el estómago, los temblores y la torpeza. Engrandecemos y nos engrandecemos. Atracción, sensualidad, deseo, ternura, poder, son sólo algunos de los sentimientos que experimentamos. Lo saben los músicos, poetas, dramaturgos, novelistas que durante siglos experimentaron la misma química. Pero, ¿cuando el amor es frustrado? Cuando por alguna extraña razón no se puede consumar, o cuando hay algo que lo detiene y no puede florecer o ya se ha marchitado, ha fracasado o se murió. El color rosa cambia a negro y vienen los celos, el rencor, la ira, la frustración, el enojo, la tristeza, la impotencia. Shakespeare lo sabía de sobra, la adversidad incrementa la llama, intensifica la pasión, surge el efecto “Romeo y Julieta” las barreras sociales o físicas encienden la pasión romántica entre dos personas. Cuando el amor se frustra se vuelve delirio, dolor, ansiedad y angustia. O cuando por fin el objeto del deseo es nuestro, el interés disminuye y buscamos otras personas que nos hagan sentir de nuevo. Si alguna vez lo han vivido sabrán lo que se siente, entonces estamos listos para nuestra última aventura. Si nunca lo han experimentado así, vuelvan después, cuando el amor les duela.



Fiona Apple

Fue una tarde mientras hacía la tarea y escuchaba la tele. En ese entonces veía Mtv, los tiempos en que la Vj Ruth salía con unos colores deslumbrantes en el cabello, una semana morado, después rosa deslavado, naranja, platino, la admiraba. Cuando el canal era de videos. Las primeras notas de Criminal comenzaron a sonar obligándome a interrumpir un resumen. En la pantalla se veía un video oscuro, con paneo y tomas a objetos en primer y segundo plano, después una chica pálida, despeinada, ojerosa, de hermosos ojos verdes cantaba enojada a la cámara. Lo ví hipnotizada hasta que terminó. Ese día nació mi fascinación por Fiona. ¿Quién era? No lo sabía pero al día siguiente salí de la tienda de discos con el cd Tidal en la mano. Y ese video sigue en mis favoritos.



Es muy poco lo que se sabe de Fiona Apple Maggart. Nació el 13 de septiembre de 1977 en Nueva York pero en 1993 se mudó a Los Ángeles para iniciar su carrera. Hija de una cantante, Diane Mc Afee y de un actor, Brandon Maggart. Fue descubierta por el productor Andrew Slater en 1995, su debut fue Tidal.




Llegó con sonido folk-pop y una imagen muy particular, cero glamour y cachonderia, más bien el look de una vegana hippi resentida con el amor. El tema Shadowboxer se convirtió en un gran éxito en 1996, y poco después sobresalió en los premios MTV, VH1 y Grammy. Considerada en aquellos años, lo recuerdo bien, como el gran lanzamiento. Yo – qué ternura- hasta recorté la foto del periódico donde ella sostenía su grammy.



Fiona Apple es conocida (y reconocida) por las altas dosis de drama que proyecta en sus letras y canciones, comenzando por sus arreglos musicales; continuando con su poca habilidad para hablar de lo que siente en entrevistas; siempre a la defensiva, aislada, o tímida, y concluyendo con sus videos extraños, a veces hasta enfermos, que hacen de ella una artista completa que sabe lo que quiere, rebelde, en pelea con con la industria y los carnívoros.




También es una artista muy visual, por lo menos para mí que cuando escucho alguna de sus canciones me vienen de inmediato imágenes de su rostro enojado y su cuerpo inquieto, rasguñándose. Canta desde las entrañas, el amor le duele, las canciones le duelen. Basta poner cualquiera de sus videos al azar y sobresaldrá siempre lo mismo: la nostalgia, la herida, la confusión, la certeza de que el amor también lastima, el enamoramiento obsesiona, y ella está para decirlo, ella lo ha sentido así.
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Quizá todo esto se deba a que tuvo una infancia diferente, difícil, a los doce años fue víctima de violación al salir del colegio. Lo canta en la crudeza de la canción Sullen Girl que es muy triste, lógico, pero al mismo tiempo es una canción hermosa, a pesar de lo difícil del tema. Esa es parte de la genialidad de Fiona, que aunque sus sentimientos son muy intensos, arrebatadores, dramáticos, los transmite de una manera sutil, íntima. También pasó gran parte de su infancia en psicoterapia por sus tendencias antisociales, aislamiento, anorexia y trastorno obsesivo compulsivo.



También ha sido famosa por sus declaraciones y retos en contra de lo que ella considera comercio de la música. Para ella la música es arte, no una pieza para vender solamente. Cuando escribe sus canciones si no se siente creativa deja de tocar, aunque dure un año o dos, para ella es importante el proceso de creación cuando este llega. Si no le dan ganas de escribir no escribe, la gente sabe que no debe molestarla, ni presionarla de ningún modo. Su último disco duró enlatado muchos años porque a Sony no le pareció interesante. Esto motivó a que los fans comenzaran a presionar a la disquera hasta que lo sacaron pero sin mucho apoyo de por medio. O ‘ Sailor fue la única canción a la que le metieron ganas, una de mis favoritas, el video es de Fiora Sigismondi, con una coreografía muy padre.
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Por cierto, sus videos suelen ser drama, drama, drama. Hay uno en particular que me llama la atención, Never is a Promise en donde se habla del suicidio, pero de una manera diferente, y lo que se me hace cómico es que, como se supone que ella se está muriendo, la luz llega a buscarla y ¡no le hace caso en repetidas ocasiones! primero termina su desahogo, después, ya liberada, cruza el umbral del cielo, me da risa eso, perdón.






La música de Fiona nos puede fastidiar, encantar, nos puede angustiar, nos puede poner susceptibles, pero definitivamente despierta reacciones. Armonía entre música y letra, con una voz prodigiosa. Que aparece y desaparece cuando le da la gana. Y aquí nos tiene como pendejos, fieles, esperándola a que enfrente sus demonios, y nos lo transmita en sus canciones. Y concluyo hablando nuevamente de amor, pero ahora con palabras de Fiona:

“Tu piensas que lo entiendes, pero no lo entiendes”

Por desgracia, y por fortuna así es. Seguirán los libros, poemas, novelas, películas, canciones y más canciones, porque a final de cuentas el amor siempre duele, cuando se tiene y cuando no.

Esta interpretación es...uff!...o sea... uff! por favor, veánla. ;)



He visto este video tantas veces. Vean que no necesita moverse en el escenario, su cara, su postura, y su voz lo dominan y dicen todo. Es una artista.





~Hasta aquí ha llegado el recorrido por las dramáticas que me emocionan. Algunas se quedaron fuera y sé que probablemente hay más que no conozco. Espero que lo hayan disfrutado como yo al hacerlo. Ser dramático y exagerado no está mal, de lo contrario que aburrido sería todo, y qué es la vida sino un sueño y los sueños, sueños son, ¿no?
Be fierce.