Una cosa me queda clara: en ocasiones el talento se hereda.
En aquellos años de mi tierna infancia hubo una escena que me marcó. Aquella vez en la que Maricruz fue maliciosamente ultrajada por “El Memo” al salir de una fiesta. Su gran error: tomar una bebida misteriosa en una fiesta y salir de noche. Gran enseñanza para las niñas de ese entonces: bebida misteriosa en vaso desechable + fiesta juvenil+ se te hizo de noche = ¡peligro! Así comenzó la telenovela Quinceañera, aquel dramón juvenil cuyo ferviente anhelo era una pinchurrienta fiesta de Quince Años con chambelanes-soldados y que nos marcó a toda una generación. Muchas chicas quisieron ser actrices de televisión a partir de ese entonces. La culpable de aquel ejército de jovencitas inscribiéndose en el CEA y el capítulo impactante que todavía rememoro para ustedes: Carla Estrada, productora.
A mi Carla Estrada me cae muy bien, la admiro. Es un claro ejemplo de cómo una mujer comienza desde abajo (los 80’s aún eran una época difícil para las mujeres laboralmente hablando) labrándose camino en medio de la grilla, desconfianzas, y forcejeos con ejecutivos pendejos. Saber aprenderle todo a tu mentor (Ernesto Alonso) y, como en Karate Kid, abrirse camino a gritos: “Órale, putos, la jefa soy yo” tuvo que decirlo con los ovarios bien puestos muchas veces, en muchas oficinas, muchas mañanas y ella misma lo dice, no lo invento yo. ¡Ajúa! ¡Esas son mujeres, caray! Lo que más me gusta de ella, es que es una mujer Amazónica; trabaja, protege, y defiende a su mismo equipo de producción, su tribu, desde hace años. Matriarcado, y lealtad hasta el final, ¡a huevo! Nos ha dejado glorias como: Sortilegio, Amor Real, Alborada, El Privilegio de Amar, Te sigo Amando, Lazos de Amor, Alondra, Los Parientes Pobres, Cuando llega el Amor, Amor en Silencio, y la ya aclamada Quinceañera. ¡Soy tu fans, Carla!
Pues bien, ella se realizó como madre y tuvo un hijo llamado Carlos Lopez Estrada que, como es de imaginarse, creció entre cables, cámaras, cabinas de edición, guiones y actores. Hasta hace poco hizo un intento de incursión actoral en una de las novelas de su madre (para su desgracia, la que no tuvo el éxito esperado) así que mejor tomó sus cosas y se fue a Los Ángeles ¿Dónde más? A estudiar cine. Yo, clavada como soy en lo audiovisual, le comencé a echar el ojo hasta llegar a este punto: me estoy volviendo fans. No se sabe mucho de él, le han hecho muy pocas entrevistas y siempre versan en su madre. Así que lamento no informar sobre su persona, pero me parece que tiene ideas interesantes, se nota que se arriesga, y en sus posibilidades trata de proponer algo alterno a lo que se está haciendo en estos momentos. Movimientos de cámara interesantes, ediciones dinámicas, stop motion con galletas, y sólo estamos viendo los pinitos de lo que podría ser uno de los mejores directores del futuro, dependerá de él.
Cuando los vea en la tele, sí, son de él.
Aquí les presento el video que más me gusta. Me encanta, me gusta mucho, pienso que se la peló, le salió muy bien la idea, y si en su mente estaba mejor, no pues agarrense que seguirá haciendo ruido. Al menos su comienzo es bueno.
Erik Rubin, Vuela Conmigo.
Videografía
Carlos Lopez Estrada
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En aquellos años de mi tierna infancia hubo una escena que me marcó. Aquella vez en la que Maricruz fue maliciosamente ultrajada por “El Memo” al salir de una fiesta. Su gran error: tomar una bebida misteriosa en una fiesta y salir de noche. Gran enseñanza para las niñas de ese entonces: bebida misteriosa en vaso desechable + fiesta juvenil+ se te hizo de noche = ¡peligro! Así comenzó la telenovela Quinceañera, aquel dramón juvenil cuyo ferviente anhelo era una pinchurrienta fiesta de Quince Años con chambelanes-soldados y que nos marcó a toda una generación. Muchas chicas quisieron ser actrices de televisión a partir de ese entonces. La culpable de aquel ejército de jovencitas inscribiéndose en el CEA y el capítulo impactante que todavía rememoro para ustedes: Carla Estrada, productora.
A mi Carla Estrada me cae muy bien, la admiro. Es un claro ejemplo de cómo una mujer comienza desde abajo (los 80’s aún eran una época difícil para las mujeres laboralmente hablando) labrándose camino en medio de la grilla, desconfianzas, y forcejeos con ejecutivos pendejos. Saber aprenderle todo a tu mentor (Ernesto Alonso) y, como en Karate Kid, abrirse camino a gritos: “Órale, putos, la jefa soy yo” tuvo que decirlo con los ovarios bien puestos muchas veces, en muchas oficinas, muchas mañanas y ella misma lo dice, no lo invento yo. ¡Ajúa! ¡Esas son mujeres, caray! Lo que más me gusta de ella, es que es una mujer Amazónica; trabaja, protege, y defiende a su mismo equipo de producción, su tribu, desde hace años. Matriarcado, y lealtad hasta el final, ¡a huevo! Nos ha dejado glorias como: Sortilegio, Amor Real, Alborada, El Privilegio de Amar, Te sigo Amando, Lazos de Amor, Alondra, Los Parientes Pobres, Cuando llega el Amor, Amor en Silencio, y la ya aclamada Quinceañera. ¡Soy tu fans, Carla!
Pues bien, ella se realizó como madre y tuvo un hijo llamado Carlos Lopez Estrada que, como es de imaginarse, creció entre cables, cámaras, cabinas de edición, guiones y actores. Hasta hace poco hizo un intento de incursión actoral en una de las novelas de su madre (para su desgracia, la que no tuvo el éxito esperado) así que mejor tomó sus cosas y se fue a Los Ángeles ¿Dónde más? A estudiar cine. Yo, clavada como soy en lo audiovisual, le comencé a echar el ojo hasta llegar a este punto: me estoy volviendo fans. No se sabe mucho de él, le han hecho muy pocas entrevistas y siempre versan en su madre. Así que lamento no informar sobre su persona, pero me parece que tiene ideas interesantes, se nota que se arriesga, y en sus posibilidades trata de proponer algo alterno a lo que se está haciendo en estos momentos. Movimientos de cámara interesantes, ediciones dinámicas, stop motion con galletas, y sólo estamos viendo los pinitos de lo que podría ser uno de los mejores directores del futuro, dependerá de él.
Cuando los vea en la tele, sí, son de él.
Aquí les presento el video que más me gusta. Me encanta, me gusta mucho, pienso que se la peló, le salió muy bien la idea, y si en su mente estaba mejor, no pues agarrense que seguirá haciendo ruido. Al menos su comienzo es bueno.
Erik Rubin, Vuela Conmigo.
Videografía
Carlos Lopez Estrada
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Notas al pie: Ya que hablamos de novelas, ¡Wtf! ¿Qué le hizo Valentina de Albornoz a Silvia Pinal en la cara? Lyn May puede perder su trono. XD ¡I Heart Cecilia Suárez! Reina, hermosa. Diosa de la actuación, ( y al que no le guste, “Sorri abaot yu,” Niurka Dixit).
Está bien bonita la rola, bien ternura.