jueves

Tiene lo suyo


Orgullo y prejuicio y zombis, es una versión ampliada de la clásica novela de Jane Austen, sólo que con escalofriantes escenas de zombies que siembran el terror y devoran seres humanos. Cuando esa misteriosa plaga llega a la apacible población inglesa de Merytron y los difuntos empiezan a resucitar convertidos en temibles muertos vivientes, la intrépida heroína Elizbeth Bennet tendrá que acabar con la amenzaza y, al mismo tiempo, evitar que la llegada del altivo y arrogante señor Darcy la distraiga de su empeño”.



Este libro causó revuelo en EU el año pasado y para mi sorpresa pronto -finales de año-, llegó la versión en español. Todo lo que sea zombis me encanta, así que desde que me enteré ya andaba ganosa. He de decir que me causa más risa el conflicto que ciertos intelectuales tienen respecto a la “burla” que se hace a uno de los clásicos de la literatura inglesa. A todos les vendría bien un: ¡relájense! Un libro no le restará importancia y profundidad a una obra inolvidable (aunque a mi me gusta más Persuasión sí, el amor a través del tiempo, aprovechar las segundas oportunidades y quienes osan persuadir para separar a los amantes, ¡mierda! ¡cuánta realidad!) ni Jane Austen dejará de tener los millones de lectores que tiene. Apuesto que lady Jane sería la primera en soltar la carcajada ante todas las pendejadas que Seth Grahame transcribió sobre su obra.
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Si bien no me provocó carcajadas escandalosas al leerlo, sí me hizo reir leve; tan es así que me acuerdo de ciertas babosadas todavía. Me pareció divertido, le hubiera faltado un poquito más de humor negro pero es entendible que se hubiera perdido gran parte de la estructura de la obra original, aunque va ad hoc con el sarcasmo que maneja Austen en sus libros. La Srita. Bennet luce más guerrera que Kill Bill, y, es más, hasta la insufrible Charlotte se luce mortíferamente. Yo aplaudo que se invite a leer clásicos con un enfoque divertido como es el caso. Se dice por ahí que hay más ideas para seguir con el remake de obras clásicas (resulta productivo económicamente, además). Así que si a alguien se le ocurre remarkear (sic) a Don Quijote (colecciono ediciones, soy fan, si tienen papel cebolla y listón separador ¡qué mejor!) y ponerlo a luchar con momias, hombres lobo, vampiros, y medusas en cada capítulo den por hecho que lo compro. Es un muy buen intento para generar lectores, denle la oportunidad de una leída para pasar un buen rato. En la actualidad, llena de literatura vampira hasta las narices y novela negra, he visto poca comedia para leer, no sean mamones y atásquense ahora que hay lodo.


(tres) Delicias del cero nueve

Hay canciones que siguen sobrevolando mi cabeza, así que, pregunta al aire, ¿alguien más comparte este placer?




Para escuchar dar click al título abajo de la imagen.

The XX la historia es típica, en Inglaterra (¿Dónde más?) un grupito de amigos antisociales, incomprendidos, melancólicos, oscuros y solitarios se reúnen para abatir sus soledades y de paso hacer música, sin pretensiones – como siempre- sin expectativas, nada más para ellos mismos – como siempre-, inofensivo desahogo sentimental. Les gusta el sonido así que deciden hacer un tiraje limitado de 500 copias en vinil. Alguien lo sube a Internet y el resultado: XX uno de los discos más escuchados del año pasado, estuvo en casi todas las listas de favoritos, yo lo descubrí en octubre y desde entonces no lo he podido soltar.

Además, querido lector, si lo que usted quiere es disfrutar placidamente su EMOtividad, no puede pasarlo de largo, se lo aseguro. Lleno de acordes menores, melodías tristes y breves será su mejor compañero. Por ejemplo, Polly se complació escuchándolo en las noches de diciembre. Hacia tanto frío que la gente estaba encerrada en sus casas, momento ideal para pasear y airear los pensamientos, las calles deliciosamente solitarias y libres, se podía caminar sobre las avenidas cantando, hasta bailar en ellas (cosa que no hizo) la ciudad se convirtió entonces en un suburbio amable, XX sonando en su reproductor. Enorme dicha. Su otra favorita Heart Skipped a Beat.





Pero para Junior Boys el amor, la nostalgia, y todo lo demás no sólo te orillan a tumbarte en la cama a suspirar, no, qué va, la melancolía, la oscuridad, también son bailables y prueba de ello es su último disco Begone Dull Care que me robó muchas noches del semestre pasado, cantando en el súper, en el baño, el trabajo, donde sea. Si no los han escuchado y les gusta el pop electrónico se pierden de un gran placer, no me deja ni a sol ni a sombra. Cuando los escucho me vienen a la mente pantalones blancos y bebidas de sombrillita, jaja. Lo hemos sabido siempre, lo ochentoso todavía sigue de moda.




Le variété française también nos ofrece sus alternativas y llega con Sliimy, un cantante francés que canta en inglés (con acento divino) y tiene canciones muy, pero muy pegajosas. La primera vez que escuché una de sus canciones creí que era una mujer afroamericana de look seguramente retro, pero cuando vi de quien se trataba dije: wow, bienvenido. Su timbre de voz me gusta mucho, demasiado andrógino. Se viste de una forma muy extravagante, es más nena que yo, hace unos ademanes muy finos al hablar y el romance de sus canciones es abiertamente chico + chico lo cual me parece maravilloso, fuera falsedades. El punto que no me gusta es que Perez Hilton lo firmó y lo trae de su mascota para todos lados, pero, bueno, así es el bisnes. Paint Your Face me empalagó todo el verano y hasta la fecha. Tiene canciones como Baby para dedicarle al terruño que te gusta, o See U Again para llorar en la ducha y salir desahogada. Soy hipersensible. Tengo muchas de ganas de escucharlo en vivo. Total, canciones pop entre el sarcasmo y la diversión, denle la oportunidad. El diseñador exótico Italo Zucchelli, que no tiene miedo a tomar riesgos fashion, hizo una profecía estrafalaria en Milán: que los hombres comenzarán a usar maquillaje como parte de un siguiente paso natural. Quizás Sliimy también lo intuye. You must paint your face, you must, you must!

¿Cantamos?